España está viviendo una auténtica revolución en el sector de los videojuegos. El último informe de la Asociación Española de Videojuegos (AEVI) revela cifras que sorprenden incluso a los analistas más optimistas: la industria facturó 2.230 millones de euros en 2023, un incremento del 8,7% respecto al año anterior, consolidándose como la principal industria de ocio audiovisual del país, por delante del cine y la música juntos.
El perfil del jugador español ha experimentado una transformación radical. Lejos quedó la imagen del adolescente aislado; hoy el 48% de los 18,5 millones de gamers españoles son mujeres, y la edad media se sitúa en los 38 años. Madrid y Barcelona se han consolidado como los principales polos de desarrollo, pero ciudades como Valencia, Málaga y Bilbao emergen con fuerza gracias a iniciativas como los clústeres tecnológicos y programas de apoyo a emprendedores digitales.
El auge de los eSports constituye otro fenómeno paralelo que revoluciona el panorama. La Liga de Videojuegos Profesional (LVP) española se ha convertido en una de las mayores ligas europeas, con más de 30 millones de espectadores acumulados en 2023. Competiciones como la Superliga de League of Legends llenan recintos como el Palacio Vistalegre de Madrid, con entradas agotadas semanas antes.
La pandemia aceleró tendencias que ya se vislumbraban. El confinamiento disparó el consumo de videojuegos un 32%, pero lo más significativo es que esos nuevos usuarios han mantenido sus hábitos tras la normalización. «Los videojuegos demostraron su capacidad como herramienta de socialización durante el aislamiento», señala Miguel Ángel Tobías, psicólogo especializado en tecnologías digitales. «Muchas personas descubrieron que jugar online era una forma efectiva de mantener el contacto humano».
El sector educativo también abraza esta revolución. Más de 200 centros escolares españoles utilizan ya «Minecraft: Education Edition» como herramienta pedagógica, mientras universidades como la Complutense de Madrid o la Pompeu Fabra de Barcelona han incorporado grados específicos en Desarrollo de Videojuegos que registran notas de corte superiores a carreras tradicionales.
El apoyo institucional como catalizador del crecimiento
El gobierno español ha comprendido finalmente el potencial del sector como motor económico. El Plan España Digital 2025 incluye por primera vez partidas específicas para impulsar la industria del videojuego, con 20 millones de euros destinados a subvenciones para estudios emergentes y programas de formación especializada.
«Hemos pasado de ser los raros del patio a convertimos en una industria estratégica», bromea Enrique González, cofundador de DevilishGames, estudio alicantino con 20 años de trayectoria. «Ahora recibimos llamadas de instituciones que antes ni sabían que existíamos, interesadas en conocer cómo pueden impulsar el sector en sus regiones».
El reciente programa «Spain Games», impulsado por ICEX España Exportación e Inversiones, ha facilitado la presencia de estudios españoles en ferias internacionales como la Gamescom de Colonia o la Tokyo Game Show, generando acuerdos de distribución global valorados en más de 30 millones de euros en 2023.
Cataluña lidera las iniciativas regionales con su programa «Catalan Games», que ha impulsado la creación de 42 nuevos estudios en los últimos tres años. Le sigue la Comunidad Valenciana con «GamePark Valencia», un espacio de 3.000 metros cuadrados dedicado exclusivamente a empresas del sector que ya alberga 15 estudios.
Las grandes tecnológicas también han puesto sus ojos en el talento español y de ahí la moda actual de ahora de adquirir una caja sorpresa online con productos tecnológicos para hacer unboxings o como idea de regalo. Microsoft inauguró en 2022 un centro de desarrollo en Madrid enfocado en tecnologías para Xbox Game Studios, mientras Sony Interactive Entertainment amplió sus oficinas barcelonesas dedicadas a PlayStation Now, generando 180 nuevos empleos altamente cualificados.
El apoyo institucional se extiende también al ámbito académico. El programa «Becas Gaming» del Ministerio de Educación ha otorgado 500 ayudas para estudios superiores relacionados con el desarrollo de videojuegos desde su creación en 2021, con especial atención a la incorporación de mujeres en un sector tradicionalmente masculinizado.
La tributación favorable para empresas tecnológicas emergentes, con deducciones de hasta el 25% por actividades de I+D+i, ha facilitado que estudios como Mercury Steam (creadores de «Metroid Dread» para Nintendo) mantengan su sede en España pese a recibir ofertas para trasladarse a otros países con industrias más consolidadas.
El impacto económico trasciende el propio sector. Eventos como el Barcelona Games World generan un impacto económico estimado de 45 millones de euros en la ciudad condal durante su celebración, mientras festivales como el Fun & Serious Game Festival de Bilbao atraen a miles de aficionados y profesionales internacionales.
Los analistas coinciden: España tiene potencial para convertirse en uno de los cinco mayores productores de videojuegos de Europa antes de 2030, siempre que se mantenga el apoyo institucional y la apuesta por la formación especializada. El viaje apenas ha comenzado, pero los mandos ya están en las manos adecuadas.